El proceso de Ordenamiento que se ha comenzado a implementar en la economía cubana se ha venido fortaleciendo con toda la base legal necesaria para hacer que se cumpla lo estipulado en su concepción inicial.
Esa flexibilidad con que se concibió la estrategia ha permitido corregir distorsiones en varias de sus aristas como lo es la de los precios y las tarifas que han aparecido en el contexto económico actual.
En este sentido el Consejo de Ministros ha aprobado los Decretos 30 y 31, que se publican en la Gaceta Oficial No 8 de 29 de enero de 2021.
(Aquí puedes descargarla: https://www.gacetaoficial.gob.cu/es/gaceta-oficial-no-8-extraordinaria-de-2021 )
El Decreto 30/21 aborda las contravenciones personales, sanciones, medidas y procedimientos a aplicar por la violación de las normas que rigen la política de precios y tarifas y el Decreto 31/21 trata las infracciones de las medidas sanitarias para la prevención y enfrentamiento de la COVID-19.
En dicha legislación se especifica que se consideran precios abusivos aquellos cuyo crecimiento estén por encima de un rango razonable, en comparación con productos similares o dentro de la misma familia de productos, y que buscan lograr un nivel de utilidad o ganancia desmedida;
y precios especulativos, los fijados a productos, principalmente de primera necesidad, superiores a los establecidos por la autoridad competente, vinculados a operaciones de recompra, reventa o ambas, con el objetivo de obtener ganancias.
En el Capítulo II se abordan las sanciones y medidas a imponer, que pueden ser: la multa, el decomiso, la venta forzosa y la obligación de hacer.
Por ejemplo, al que no exponga los precios y tarifas de los distintos productos que se pongan a la venta o servicios que se oferten, se le impondrá multas de entre 5 000 a 7 000 pesos y el cumplimiento inmediato de lo establecido.
El resto de los detalles lo puedes comprobar en la propia gaceta cuyo enlace de descarga te reitero a continuación: https://www.gacetaoficial.gob.cu/es/gaceta-oficial-no-8-extraordinaria-de-2021
Solo queda cumplir con lo establecido para evitar que se “desordene” el Ordenamiento. En Mella podemos cumplir.
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