El agua es uno de los recursos indispensables para la vida. Prácticamente cada actividad que desarrollamos está relacionada con el vital líquido, sin el que, literalmente, no podemos vivir.
Cuando no está es como si nos faltara el aire, y acudimos al delegado o llamamos directamente a Acueducto para plantear la situación en espera de una pronta solución. Pero, ¿nos preguntamos cuánto se hace diariamente para garantizar el vital servicio?
Detrás de cada gota de agua que nos llega hay varias de sudor, entrega y sacrificio. El colectivo de trabajadores de Acueducto y Alcantarillado se esmera cada jornada, casi siempre sin las condiciones de trabajo mínimas necesarias para resolver cada disyuntiva. Ante cada adversidad se imponen las ganas de hacer; y las inventivas e innovaciones se ponen de práctica para lograr el objetivo concreto.
Por estos días se les ve sobre las grandes tuberías que “alimentan” la industria azucarera, como parte de su aporte para asegurar el efectivo inicio de la zafra azucarera.
En fin, es digno de reconocer el trabajo cotidiano de esos hombres y de quienes los dirigen, a la vez que les exigimos como pueblo para que perfeccionen su labor y sean más inmediatos al tratar los planteamientos y las problemáticas de las diferentes comunidades.
¿Qué te corresponde como ciudadano? Hacer un uso más racional del agua que llega a tu casa, no derrochar, resolver los salideros que estén a tu alcance, en fin, sentirte también parte de la solución, no solo víctima de las dificultades.
En este, como en tantos otros temas, todos unidos, podemos lograrlo.
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